Blogia
El Buque Fantasma

EL UNIVERSO EN MIS MANOS

Escucho canciones que oía a los 16 años y recobro algo de mi espíritu de entonces. No está demasiado lejos pero es inasible, y la canción es una señal, un hilo de Ariadna, la fina escarcha de un amanecer antiguo sobre la que patino hacia otra forma de ver la vida.

Con una precisión fugaz recobro olores y tactos de mi adolescencia, a lomos de mi canción.

No hay explicación ni ciencia para esta especie de deja vu. El sonido de la música se convierte en el único vehículo para el entendimiento.

De repente revivo y, al revivir, comprendo el universo entero porque la música lo abre para mí.

Sólo la canción me da la respuesta, cuando hace que cualquier espacio y cualquier tiempo sean, aún fugazmente, reales.

0 comentarios